Una norma contra el estrés, ¿ayudará a los periodistas?

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Sin estrés. Una vieja imagen de la redacción de The New York Times. Cortesía: Pixabay.

Por Crisis del Periodismo*

La labor periodística en México, como en otros países, atraviesa por tiempos difíciles. Es una profesión que siempre ha requerido de mucho tiempo y dedicación, pero el internet y las redes sociales han potenciado la necesidad de generar más noticias con menos empleados, lo que provoca más horas de trabajo para los periodistas y, en consecuencia, mayor estrés laboral.

Además del exceso de horas laborales, periodistas, comunicólogos, redactores y responsables de cualquier área de comunicación, están expuestos a sueldos precarios, malas condiciones de trabajo y largas jornadas de trabajo.

En algunos casos deben estar disponibles las 24 horas del día y los siete de días de la semana, lo que agranda el agotamiento.

¿Qué es estrés laboral?

“Un tipo de estrés donde la creciente presión en el entorno laboral puede provocar la saturación física y/o mental del trabajador, generando diversas consecuencias que no sólo afectan la salud, sino también su entorno más próximo ya que genera un desequilibrio entre lo laboral y lo personal”.

Así lo define el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En octubre pasado entró en vigor una norma oficial para prevenir factores de riesgo sicosocial, violencia laboral y carga de trabajo.

¿Ayudará esta NOM 35 a combatir el estrés laboral de los periodistas mexicanos? Todavía no lo sabemos.

La norma oficial mexicana emitida por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social tiene por objetivo:

“Establecer los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo sicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo”.

La misma normativa define los factores de riesgo sicosocial como aquellos que pueden provocar trastornos de ansiedad, no orgánicos del ciclo sueño-vigilia y de estrés grave y de adaptación, derivado de la naturaleza de las funciones del puesto de trabajo, el tipo de jornada de trabajo y la exposición a acontecimientos traumáticos severos o a actos de violencia laboral por el trabajo desarrollado.

Esta norma regirá en todo el país y en todos los centros de trabajo, además, y estará regulada de acuerdo con el número de trabajadores que laboren en dichos espacios, ya sean de 15, 16 a 50 y más de 50 empleados.

Las redacciones y los despachos de comunicación también deben acatarla.

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Cortesía: Pixabay.

La NOM 035 se divide en dos etapas:

  1. La primera entró en vigor el 23 de octubre de 2019, a partir de esta fecha las empresas tienen que…
  • Establecer medidas de prevención.
  • Identificar a los trabajadores expuestos a acontecimientos traumáticos severos.
  • Difundir toda la información de la NOM a los trabajadores.

2. La segunda entrará en acción el 23 de octubre de 2020, y consiste en…

  • Identificar y analizar los factores de riesgo sicosocial.
  • Realizar una evaluación del entorno organizacional.
  • Realizar medidas y acciones de control.
  • Practicar exámenes médicos a los empleados.

¿La redacción donde trabajas ya están haciendo esto?

 

Síntomas del síndrome del trabajador quemado

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que a partir del 1 de enero de 2022 reconocerá el burnout o síndrome del trabajador quemado dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades, lo que indica que el estrés está poniendo en riesgo cada vez más a los trabajadores.

Los síntomas provocados por el estrés laboral pueden desencadenar problemas cognitivos (poca concentración, confusión, reducción de la capacidad de aprendizaje, crisis de ansiedad, depresión) o malestares físicos (dolor de cabeza, problemas en espalda o cuello, problemas estomacal y fatiga), entre otros, de acuerdo con una descripción Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

En México, el 75 por ciento de la población padece fatiga por estrés laboral, un porcentaje más alto que en países como China y Estados Unidos, señala una estadística del IMSS.

 

*Versión editada de una nota del blog Crisis de Periodismo, republicada en este espacio con permiso de sus autores. Puedes leer la original en este enlace.