Fraude en el programa de alimentos vía México-Venezuela: así comenzó el reportaje

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Sin conocerse, un grupo de periodistas de México y Venezuela decidieron colaborar para documentar el fraude en el programa CLAP del gobierno de Nicolás Maduro, implementado, en teoría, para mitigar el hambre de las personas más empobrecidas: entre los productos están arroz, lentejas, harina, azúcar, y leches para niños sin las vitaminas necesarias.

Claudia Solera, reportera de Excélsior, cuenta algunos de sus aprendizajes en esta investigación, en la que descubrieron cómo una red de empresas fantasmas consiguió los permisos legales en México para enviar alimentos —como el tan mexicano atún Dolores— hacia Venezuela.

Solera hace equipo con el sitio de noticias Armando.Info, un medio nativo digital independiente censurado actualmente tras la serie de reportajes. Algunos de sus periodistas viven ahora exiliados en Miami y en Bogotá, desde ahí siguen publicando.

En total son 11 productos los de las cajas CLAP.
La leche en polvo Lacto Mas es una de las que envían empresarios mexicanos a Venezuela. En total son 11 productos los de las cajas CLAP que se han enviado de México a Venezuela.

Lección 1: Mirar más al sur México, no solo a Estados Unidos

En un día común de reporteo, Claudia Solera entrevistó al analista español José Ignacio Montero Viera para preguntarle sobre un estudio sobre México que había elaborado el Ministerio de Defensa en España.

—Oye, Claudia, ¿tú sabes por qué los venezolanos solo comen productos mexicanos? Una amiga me mandó fotografías con cajas de despensa, con marcas mexicanas. ¿Qué es esto?

El analista le pasó las fotos a la periodista. Y ella, a su vez, se las mandó a su amiga Maolis Castro, también periodista, parte del sitio Armando.Info y colaboradora del diario El País (España). A Maolis Castro la conoció durante un curso Iberis en el año 2015, en Madrid. Solera dice que para ella fue medular esa beca en la que participan 15 periodistas de América Latina. “Ahí comenzó a cambiar mi óptica: estudiar ahí con todos los compañeros de otros países también latinos, me hizo mirar un poco mas allá, al sur, porque en México estamos mirando más a Estados Unidos por la proximidad”. 

Durante la cursada, cada día los reporteros tenían que exponer sobre sus países. “Para mí los países comenzaron a ser personas con nombres e historias”. Para Claudia, Venezuela era Maolis Castro, su historia y sus circunstancias. 

Maolis Castro vio las fotos y le dijo que un compañero de Armando.Info, Roberto Deniz,  estaba haciendo una investigación sobre despensas, en la que sospechaban que estaban implicados contratistas desde los tiempos de Chávez y que seguían con privilegios en el gobierno de Maduro.

Lección 2: Colaborar, aunque nunca se hayan visto en persona

Roberto Deniz iba muy adelantado con el reportaje: tenía ubicadas empresas y había podido conseguir algunos documentos. Y en ese momento Claudia Solera no sabía mucho de temas sobre despensas, pero tenía experiencia en cobertura económica en el sector energético y en comercio exterior. Además, en ese momento ella estudiaba periodismo de datos en el ITAM, con la organización Data Cívica, donde entre otras cosas más aprendió a usar R, un lenguaje de programación para hacer análisis estadístico. Eso también le ayudó. 

“Cuando empezamos a cruzar los datos, Roberto no sabia de qué tamaño era este negocio, yo tampoco”. Revisaron con detalle las facturas con aduanas. “No solo es importante saber cuánta cantidad se manda, sino cuánto cuesta cada kilo que mandan”, recomienda Solera.

Como la línea que seguían era de empresas mexicanas, Solera visitó sitios donde cargaban las despensas para enviarlas a Venezuela. Preguntó: ¿Aquí despachan despensas CLAP? Y le dijeron que sí, que era ahí. Así, sin más. Había productos que en las facturas aparecían seis veces más caros que lo que se reportaba en la Secretaría de Economía. Escribieron un primer texto en agosto de 2017.

Esa primera publicación ayudó para que otros personajes se acercaran con los dos, tanto en Venezuela como en México, para contar lo que sabían. “Proveedores nos dijeron que además no solo era un fraude, sino que enviaban alimentos que no eran buenos”. Como la leche en polvo que después de ser analizada por especialistas dio como resultado que no tenía las vitaminas ni los minerales necesarios para nutrir a un niño. “Nos decían que estaban mandando algo como la maicena, como agua con polvo”, dice Solera. 

“Ahí es cuando digo que es importante juntar nuestras realidades, porque yo jamás hubiera sabido cómo opera el gobierno de Maduro y tampoco de los contratistas que venían desde Hugo Chávez, o quiénes eran los dos o tres empresarios elegidos por él. Y Roberto tampoco sabía cómo se movían la realidad en México”. 

Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) comenzaron en abril de 2016 y  el objetivo, de acuerdo con Maduro, ha sido abastecer a la población más empobrecida de productos como leche, arroz, lentejas, caraotas, atún, aceite, pasta, harina de maíz y azúcar.

Lección 3: Usar todas las herramientas disponibles

¿Cómo es que de la noche a la mañana Venezuela se convierte en el comprador número uno de alimentos de México?

Claudia Solera dice que una de las principales herramientas utilizadas es SIAVI“Esa siempre la recomiendo a todo el mundo”. Es el Sistema de Información Arancelaria vía Internet de la Secretaría de Economía, del gobierno mexicano. Porque cada producto de exportación e importación tiene un número arancelario, por medio de esta página se puede saber con quién tiene convenios México: quién le exporta, cuánto paga, cuánto vende, por ejemplo. 

El periodista Daniel Lizárraga, dice Solera, estuvo asesorándola porque él había hecho una investigación similar y la metodología podía ayudar. Mientras tanto, Roberto, su colega venezolano, tenía algunos comprobantes de las transacciones entre ambos países y una lista de nombres de empresarios que han sido cercanos a Nicolás Maduro. 

En Venezuela no hay ley de acceso a la información ni transparencia gubernamental, consiguieron tener las facturas después de varios meses de reporteo, con esto podían comprobar el vínculo entre los empresarios que han hecho negocio desde México a Venezuela.

“En la relación de venta de alimentos siempre había un intermediario que le compraba a México y le vendía al gobierno de Venezuela”, explica Solera. 

—¿Cómo conseguían esas facturas?

—Roberto tenía unas tarjetas de embarque que le llegaron, en realidad no eran ni siquiera facturas. Y todo lo hicimos picando piedra, sin financiamiento.

Las tarjetas de embarque también fueron comprobadas. Solera lo explica: “Sabíamos que las cajas estaban ahí, que eran marcas mexicanas como atún Dolores, por ejemplo, eran productos que están en los supermercados mexicanos, hice un recorrido para para verificar que ahí estaban esos productos exportados a Venezuela”.

En SIAVI, de la Secretaría de Economía de México, encontró datos del intercambio comercial y comenzaron a procesar los datos.

Solera dice que cuando Nicolás Maduro llegó al poder, el intercambio comercial entre los dos países se había caído por completo. Eso lo corroboró con ProMéxico, un fideicomiso del Gobierno de México que promueve el comercio y la inversión internacional, dependiente de la Secretaría de Economía.

“El comercio entre ellos había decrecido 70 por ciento, fue durante el gobierno de Felipe Calderón”, dice Solera. 

En total son 11 productos los de las cajas CLAP, antes de eso México enviaba esporádicamente lentejas y harina, un pedido perdido en 2015, luego otro, pero nada regular, cuenta la reportera, que ha cubierto la fuente económica desde hace varios años y está familiarizada con temas de tratados comerciales.

“El 80% de todas las exportaciones de México se concentran en 20 productos, conocía el sector cuando comenzamos la investigación, eso ayudó. Por un lado, yo conocía esa data y, por el otro, Roberto tenía esa línea de cómo se movía Nicolás Maduro y los empresarios”.

Los envíos, dice Solera, comienzan en diciembre de 2016, y poco después de que se anuncia el programa de Maduro. “Ahí desbanca por completo a nuestro importador favorito: Estados Unidos. Empezamos a venderle mas leche, más ketchup y más todo que con Estados Unidos. Y no se entendía cómo había sucedido eso, porque no había tratado comerciales de nada entre Venezuela y México”. 

Una segunda herramienta que Solera recomienda utilizar es ImportGenius, solo que esta no es gratuita. Muestra qué empresa, a qué direcciones y de dónde a dónde salió.

Solera también pidió a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) los permisos de exportación de comida a Venezuela: eran dos o tres empresas que se llevaron todos los permisos y quien los había otorgado era la Cofepris del estado de Nuevo León, donde están las direcciones de las empresas exportadoras. “Cuando les fui a preguntar me dijeron que ellos (Cofepris) no tenían responsabilidad, que eso era de Venezuela. Decían que era un artículo de libre venta y solo checaban que los etiquetados estuvieran bien. Se lavaron las manos cuando involucra a los dos gobiernos, porque hay que verificar los qué sale y qué entra en ambos países. ¿Y las autoridades? ¿Puedes mandarlos como sea y no pasa nada? Nos dimos cuenta que sí”. 

Por medio de solicitudes de Transparencia y Acceso a la Información, una ley mexicana, identificaron que el negocio quedaba en manos de tres empresas y unos intermediarios colombianos. Los nombres de los empresarios detrás de todo: Alex Saab y Alvaro Pulido. ¿El fraude? Al menos 800 millones de dólares.

Después de los reportajes publicados, las empresas desaparecieron en Nuevo León, México, pero aparecieron en Hong Kong, luego en Turquía o en Emiratos Árabes, con los mismos socios. “Diferentes nombres de empresas pero siempre los mismos cinco empresarios detrás: los tres mexicanos y los dos colombianos”. 

Después de los reportajes, la Procuraduría mexicana (ahora Fiscalía General) indicó que en una investigación judicial encontraron que funcionarios venezolanos y empresarios mexicanos adquirieron al por mayor productos de mala calidad y los exportaron a Venezuela a más del doble de su precio real. No hay más informes del caso por parte de las autoridades mexicanas.

En septiembre de 2018, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela, prohibió publicar notas relacionadas con Alex Saab a los periodistas del portal web Armando Info, quienes ahora están exiliados: uno en Miami y otros en la redacción de la revista Semana, en Colombia. Roberto Deniz Machín, Joseph Poliszuk, Ewal Carlos Sharfenderg y Alfredo José Meza publicar son los periodistas censurados del sitio Armando Info.

Claudia dice que nunca se han visto, que no han tenido el mayor financiamiento; se comunican por WhatsApp. “No hemos podido viajar y vernos. También la realidad es que,  ¿quién te financia ahorita esto?”. 

“Además, no pensábamos que se iba a ser más grande, no sabíamos de qué tamaño era”.

—Y ahora, cómo sigue la investigación.

—Seguiremos hasta donde se pueda.

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Aquí la serie de publicaciones sobre los CLAP: https://armando.info/Series/Details/24.