‘Ya nadie publica eso’, el vacío comunitario por el asesinato de periodistas

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El periodista mexicano Moisés Sánchez iba a pegar carteles de papel neón donde faltaba una coladera. Cuando alguien de su comunidad pedía ayuda, él asistía en todo momento. Escribía peticiones a mano, asesoraba y acompañaba a quien lo necesitara. Alguna vez un alcalde de Medellín, la pequeña ciudad donde vivía, dijo que había construido 1.000 metros de banqueta, pero él mostró que habían sido solo 800 metros. Entonces el alcalde lo llamó, sacó una pistola y lo amenazó.

Retrato de Moisés Sánchez. Fotografía de Miguel Tovar, derechos reservados de Article 19 México.

Esa fue solo una de las advertencias de muerte que recibió de políticos, policías y marinos oficiales, quienes mantienen fuerte presencia en Veracruz, un estado pegado al Golfo de México con uno de los puertos más importantes del país donde pasan todo tipo de mercancías legales e ilegales.

El relato forma parte del informe “Ya nadie publica eso”, elaborado por la organización Article 19 en México con el patrocinio de las fundaciones Open Society y la William and Flora Hewlett. El documento de más de 160 páginas da cuenta del vacío que han dejado en sus comunidades periodistas mexicanos asesinados y desaparecidos a lo largo de varias décadas.

“Él quería cambiar algo, que las cosas mejoraran. Decía que los funcionarios no querían cambiar sino robar, y decía también que la única manera que la ciudadanía tenía para parar eso era denunciando”, cuenta Jorge Sánchez, el hijo del periodista Moisés, a Article 19.

“Lejos de callarse, mi padre lo denunció públicamente”.

Moisés publicaba en un periódico al que llamó La Unión en Medellín, donde viven menos de 3.000 personas, y su diario era tan independiente que lo sostuvo con lo que ganaba como taxista. A diferencia de algunos otros diarios pequeños y locales, Moisés nunca obtuvo patrocinio de partidos políticos o funcionarios de gobierno.

Jorge cuenta que otro alcalde de Medellín, Omar Cruz, le ofreció 30.000 pesos mexicanos para que dejara de molestarlo, pero no los aceptó. Lo acosaron políticos, policías, marinos y él seguía publicando.

“Siempre le decíamos: ¿Por qué lo haces si nadie te lo va a agradecer? Respondía: Es mi parte, si nosotros tenemos miedo no van a cambiar las cosas. Tener miedo no es una opción”.

A Moisés lo asesinaron el 2 de enero de 2015, durante los años de la oscura gubernatura de Javier Duarte, años donde los homicidios y las desapariciones forzadas aumentaron dramáticamente.

Otras de las historias que aparecen en el informe son las de Leodegario Aguilera Lucas, desaparecido desde 2004; María Esther Aguilar Cansimbe, desaparecida desde 2009; y Rafael Murúa Manríquez, asesinado en 2019.

A través de las cuatro historias recorre dos décadas de violencia contra la prensa desde distintas geografías del país, y muestra cómo afecta a la sociedad el acallamiento de periodistas.

México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, más de cien periodistas y comunicadores han sido asesinados o desaparecidos en los últimos años. Algunos de los casos que más se han conocido nacional e internacionalmente son los de Regina Martínez, Rubén Espinosa Becerril, Javier Valdez Cárdenas y Miroslava Breach, pero son decenas.

El informe, de acuerdo con sus autores, busca “mantener su memoria, conocer la verdad sobre lo que ocurrió, obtener justicia”.

Consulta el informe completo en este enlace: https://articulo19.org/yanadiepublicaeso/.