Andrea Cárdenas, periodista de Quinto Elemento Lab, cuenta en primera persona cómo trabajó en la investigación de los Pandora Papers y cual fue el proceso en la metodología. Además, comparte algunas herramientas de reporteo.
No es fácil investigar paraísos fiscales. Si no tienes una filtración se vuelve casi prácticamente imposible. Sí puedes tener acceso a los documentos del registro mercantil, como de las Islas Vírgenes Británicas, de Panamá, de las Islas Caimán, de Hong Kong, pero como son paraísos fiscales donde predomina el secreto financiero o el secreto fiscal, lo que te van a dar es un oficio que en algunos casos cuesta muy caro.
En las Islas Vírgenes pagábamos 30 dólares para que nos dieran solo una hoja donde decía el nombre de la compañía, el estatus de la compañía que estaba vigente, o si ya había sido disuelta o liquidada, la fecha en la que se creó y el despacho que la registró. Tú no puedes saber quiénes son los dueños de este tipo de empresas en paraísos fiscales, ese es el secreto que guardan y esa es la promesa que ofrecen: la secrecía.
Funcionan a través de capas y capas de protección que hacen que sea prácticamente imposible saber quiénes sean los dueños de estas empresas: utilizan directores nominales, que son directivos que funcionan como testaferros, directivos que son los encargados de firmar los documentos, de hacer el papeleo, de firmar todos los papeles, de hacer todos los trámites burocráticos ante el registro, pero el nombre de los beneficiarios finales, los verdaderos dueños de la empresa raramente aparecen en los documentos.
De no haber sido por esta filtración masiva de 11.9 millones de documentos, no hubiéramos podido, jamás, documentar y encontrar todos los hallazgos. Más de tres mil mexicanos han utilizado este tipo de reductos fiscales para mover su dinero en secreto fuera del país. Entre ellos una gran cantidad de políticos, empresarios, celebridades, asociaciones religiosas, personas de diferentes sectores de la industria de la construcción, hoteleros, etcétera.
Quería hacer esa aclaración, porque nos decían: ¿y cómo se puede tener acceso a esos documentos? Y no, no se puede tener acceso a esos documentos.
Te cuento lo que hicimos nosotros:
El ICIJ (Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación) recibió la filtración hace dos años, la montó, la subió a una plataforma encriptada que funcionaba como una especie de buscador, como Google o cualquier otro buscador, donde tú puedes hacer búsqueda por nombre.
Por ejemplo, Julio Scherer Ibarra, Julia Abdala Lemus, y así de todos los políticos que se nos venían a la mente de administraciones actuales o administraciones anteriores; federal, estatal, municipal; de senadores o legisladores. Íbamos haciendo búsquedas de uno por uno y luego habilitaban una opción en la que tú podías cargar bases de datos y se hacía el cruce en automático.
Ahí comencé a descargar:
- las nóminas del SAT
- las nóminas de la Secretaría de Hacienda
- la lista de los 500 diputados de la Cámara de San Lázaro
- la lista de los senadores.
Empezamos a hacer nuestras propias listas:
- embajadores
- primeras damas
- empresarios.
Cruzamos la lista de Forbes y la lista de Pandora, y nos arrojó por ejemplo catorce coincidencias de multimillonarios. A nivel mundial aparecen 133 multimillonarios de la lista Forbes en Pandora. Y de estos 133, catorce son mexicanos. No todos son los dueños de las empresas en Forbes, algunos eran familiares. Por ejemplo, Ricardo Salinas Pliego aparece en la lista de Forbes, pero él no estaba en Pandora pero sí su familia, y decidimos contabilizar a su familia por todo lo que eso significa y representa.
Primero hicimos listas de funcionarios de interés público, de políticos, de servidores públicos, de funcionarios en activo e inactivo, y fuimos poco a poco construyendo, de manera artesanal, y ahora sí que fuimos anotando nombre por nombre que encontraba.
—Es como buscar al azar.
Exacto. Cuando fue la filtración de los Panamá Papers, ahí solamente provenía de un despacho de Mosack Fonseca. Acá eran catorce despachos. Cada despacho tiene una manera de sistematizar su información. Había unos que tenían unas bases de datos muy pequeñitas y ahí venían dos o tres nombres de mexicanos. Otros tenían otras bases de datos. La mayoría eran PDF o documentos del Word.
Estamos hablando de datos que comprenden desde 1970 y algunos nombres de los beneficiarios estaban escritos a mano, venían a pluma y lápiz y teníamos que transcribir porque no los podías pasar con una herramienta de inteligencia artificial. Entonces, sí, fuimos haciendo búsquedas al azar con estas listas. De pronto vimos que nos arrojaban nombres y lo que hicimos fue buscar con la palabra “México”: ahí nos salieron setenta mil documentos.
Nos dividimos los documentos para tratar de revisar hasta el deadline la mayor cantidad de datos posibles. Empezaron a aparecer no solo nombres de los más famosos, sino ciudadanos de a pie que utilizan este tipo de servicios. No solo hay futbolistas o gente de la élite, encontramos doctores, académicos, arquitectos, de todo.
Íbamos anotando en nuestra base de datos:
- en una columna el nombre de la persona dueña de la empresa o que tenía alguna participación, ya sea como beneficiario, como accionista, director o socio
- en otra columna el nombre de la empresa
- en algunos casos el propósito para el que fue creada
- el despacho que la creó
- la jurisdicción en donde se creó.
Y teníamos una columna de observaciones en donde íbamos googleando a cada una de estas tres mil personas para empezar quiénes eran, y empezar a ordenar.
Llegó un momento en que tuvimos que parar de buscar para no atrasarnos con el deadline. Cada que buscábamos encontrábamos algo nuevo. Dijimos: o reporteamos o seguimos alimentando la base. Decidimos parar de buscar y concentrarnos en la estrategia de investigación.
Nos dimos un par de semanas para revisar la base de datos y escoger cuáles son los personajes de interés público por la posición o el puesto o la relevancia que tienen los empresarios más poderosos.
Ordenamos nuestros personajes por categorías:
- Políticos
- Empresarios
- Celebridades
- Líderes religiosos.
De esta lista gigante, escogimos cerca de 70 personajes que son los que han trascendido en nuestras historias que hemos publicado. Teníamos una junta con los reporteros todos los martes (además de Quinto Elemento Lab, participaron las y los periodistas Mathieu Tourliere de Proceso; Zorayda Gallegos, Georgina Zerega y Elías Camhaji de El País; Claudia Ocaranza y Peniley Ramírez de Univisión). Nos dividíamos asignaciones, tareas, compartíamos los hallazgos de las semanas: que yo encontré a Julio Scherer, que yo encontré a Guadiana (decían); hablábamos de las novedades y de todo lo que nos sorprendía de los hallazgos. Nos íbamos repartiendo el trabajo: a ti este despacho, a mí este. Nos asignábamos la revisión de los documentos y la captura de la base de datos, hasta que dejamos de capturar y nos concentramos en hacer nuestro plane de reporteo para cada historia.
Plan de reporteo
Los periodistas de los medios mexicanos que participamos teníamos historias en común sobre políticos, empresarios, celebridades y religión. Algunos tenían sus propias historias, pero en las comunes acordamos un plan de acción:
- ¿Cuál es la hipótesis?
- ¿Cuáles son las preguntas que queremos responder?
- ¿Qué queremos saber?
- ¿Qué necesitamos saber?
- ¿Qué documentos necesitamos conseguir?, además de los que teníamos gracias a la filtración para probar nuestra hipótesis.
Nos dimos a la tarea de buscar afuera de Pandora: hay gente que cree que todo lo que publicamos lo encontramos en Pandora.
Para mí esta investigación fue como armar un rompecabezas porque en los registros de Pandora encontramos que existe una empresa, que el dueño es cierto personaje, que se había creado en un año específico; a veces mencionaban el monto del dinero que había sido invertido en la empresa.
Otras veces los documentos mencionaban cuál había sido el propósito para el que se había creado la empresa. Por ejemplo, en el caso del hijo de Romero Deschamps, decía que la empresa se había creado para comprar propiedades, aviones, embarcaciones, joyas, antigüedades y autos de colección. Eso nos decía el papel.
Nosotros teníamos que comprobar en otros registros públicos que ahora te comparto, si esta empresa se había utilizado para esto o si nada más era lo que decía el papel.
Los documentos de Pandora te contaban solo una parte de la historia.
En el caso de Romero Deschamps venía un oficio donde él mencionaba que los activos de la empresa offshore en la Islas Británicas era un listado de diez propiedades en la Ciudad de México, en Estado de México, en Salamanca y en Cancún. Y venía la dirección completa de cada una de estas propiedades. Y nosotros los que queríamos saber si cada una de estas propiedades estaban a nombre suyo o de su familia, de algún socio, prestanombres o de alguna empresa offshore.
Muchas de estas empresas se utilizan, precisamente, para ocultar incluso hasta de la justicia los activos que puedes llegar a tener en el extranjero. Digamos que si tú eres imputado en una investigación, a las autoridades mexicanas les va a ser muy complicado saber que tú tienes diez inmuebles registrados en México a nombre de una offshore, porque están a nombre de la offshore y nadie puede saber quién es el dueño de la offshore más que tú o las personas con las que hayas compartido esta información.
Quienes utilizan este tipo de empresas lo que quieren es ocultar la propiedad de los activos que poseen fuera el país.
Hay gente que cree que todo lo que publicamos lo encontramos en Pandora
Nos dimos a la tarea de buscar en el Registro Público de la Propiedad cada uno de los inmuebles para ver su historial, sus antecedentes, cómo habían sido adquiridas estas propiedades, por qué las había registrado en las Islas Vírgenes Británicas como activos de su offshore. Al final descubrimos que estaban a nombre suyo y no de la offshore.
Ejemplo del caso de Julio Scherer Ibarra
En el caso de Julio Scherer encontramos que en el año 2011 recibió las acciones de una compañía en las Islas Vírgenes Británicas, el paraíso favorito de los mexicanos que utilizan entidades siempre empresas offshore. Y encontramos que Scherer recibió estas acciones de una empresa que fue creada por una familia de empresarios que en los últimos años se ha convertido en uno de los contratistas favoritos del gobierno mexicano en las prisiones y en hospitales públicos de proveedores de alimentos y otros tipos de servicios.
Nos llamó mucho la atención primero esta relación que habíamos documentado en Quinto Elemento Lab en otras historias. Queríamos saber por qué le estaban cediendo las acciones de una compañía que, por cierto, él no había declarado en su declaración pública patrimonial, y que estaba obligado hacerlo, porque hasta hace unas semanas era el consejero jurídico del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Los documentos de Pandora te contaban solo una parte de la historia.
Aquí el papel lo que nos decía es que había recibido las acciones y que la compañía que él recibió, de la que él es dueño, fue creada para controlar otra compañía en Florida que a su vez controlaba el 100% de la propiedad de un condominio en Miami. Eso era la historia que nos contaban los documentos de Pandora Papers. Ni siquiera sabíamos cómo se llamaba la compañía en Florida, ni siquiera sabíamos en dónde estaba o la dirección del departamento en Miami.
Hicimos consultas públicas en el Registro Público Mercantil de Florida y afortunadamente le pusieron el mismo nombre a la empresa de las Islas Vírgenes que a la de Florida. Fue así como pudimos hacer el match y descubrir cuál era la compañía. Ya con el nombre de la compañía fuimos al Registro Público de la Propiedad de Miami, del condado de Miami Dade, y ahí encontramos que esa empresa de Florida era dueña de un departamento en la famosa avenida Collins de Miami, frente a las playas de Miami.
Luego se hizo un registro aparte en el Registro de Impuestos de Miami a través de la cuál pudimos saber que era Julio Scherer quien había pagado los impuestos durante varios años por este departamento.
Pongo este ejemplo para decir que cada caso fue muy particular, muy específico y muy preciso.
Ejemplo del caso del senador Guadiana
Otro ejemplo es el del senador Armando Guadiana Tijerina, él creó en el año 2007, un fideicomiso en las Islas Vírgenes Británicas, y de él solo teníamos un formulario donde se mencionaba que él solicitaba la creación de de este fideicomiso, The Hawaii Trust, se mencionaba quiénes eran los beneficiarios del fideicomiso, es decir, él anotó los nombres de sus hijos, de su familia.
Cuando tienen que crear una empresa les piden que declaren a qué se dedican, de dónde vienen sus ingresos, más o menos cuánto es la fortuna estimada que están declarando, el monto que van a invertir en la compañía y el propósito de creación. Y el senador Guadiana cuando abre ese fideicimiso dice que el monto estimado de su riqueza es de 28 millones de dólares, distribuido en sus empresas en México, en propiedades, en inversiones, en otros activos.
Sabíamos que creó una empresa, el fideicomiso controlaba una empresa en las Islas Vírgenes Británicas, pero no había nada sobre esa empresa, ni quiénes eran los dueños, ni para qué se utilizaba ni el fideicomiso. Buscamos en su declaración patrimonial y vimos que no había declarado ni el fideicomiso ni la empresa. Hicimos búsquedas en la propiedad de Estados Unidos, en algunos condados; búsquedas en el registro mercantil de las Islas Vírgenes Británicas para poder saber si las empresas seguían activas o si habían sido disueltas o liquidadas.
En este caso tratamos de documentar por fuera con fuentes abiertas, sobre la empresa y sobre el senador en aquellos años. Lo que nos llamó la atención es que cuando le preguntamos por esta riqueza, que no estaba en su declaración, él nos dijo que no lo sabía, que hubo un error en su declaración patrimonial, que no tenía idea de qué había pasado. Me dijo: Si te contesto ahora de dónde viene ese dinero, te mentiría.
Aquí uno de los temores es que se filtrara o se supiera que nosotros estábamos haciendo esta investigación. No queríamos que se enteraran los especialistas que estabamos entrevistando para entender cómo funcionan los paraísos fiscales, ni las autoridades, no queríamos que nadie supierta que estábamos trabajando en este proyecto.
Para nosotros era muy importante mantener la secrecía y el perfil más bajo y el mayor sigilo. Incluso ICIJ nos hizo firmar un acuerdo de confidencialidad cuando entramos a los Pandora Papers. Ni siquiera podíamos platicar con otros miembros de Quinto Elemento Lab que estábamos en este proyecto, los únicos que podíamos saber erámos los que estábamos participando en esta historia. Porque corriamos el riesgo de que se supiera.
La estrategia de las entrevistas
ICIJ siempre dice que tenemos que entrevistar a todas las personas que vamos a mencionar en nuestras historias. Para evitar el día de mañana conflictos legales, la política es que siempre se tienen que entrevistar a todos los que vas a citar, así sea la mención de una línea. Tienes que haberlo buscado. Y para eso nos puso una fecha, un calendario, un cronograma. Un mes antes de la publicación ya podíamos comenzar a buscar a todos los personajes en las historias. Nosotros hicimos escribimos un cuestionario muy largo para cada personaje, a veces hasta de 20 o 30 preguntas, les informamos lo que sabíamos.
Por ejemplo: De acuerdo con documentos que obran en nuestro poder, usted senador Guadiana en tal año, y cuando lo creó, declaró que tenía una riqueza estimada de 28 millones de dólares. ¿Puede confirmar lo siguiente o tiene algo que decir al respecto? Ese tipo de preguntas. Y además preguntas aclaratorias: ¿qué pasó con esos 28 millones de dólares, por qué no los declaró como funcionario público cuando ingresó al senado?
A cada uno de estos personajes les enviamos un cuestionario. Algunos nos respondieron, otros no. Pero sí era algo muy importante hacerlo para darle mayor fortaleza, mayor soporte y para confirmar lo que estábamos encontrando. Filtrar también algún dato impreciso, alguna cifra incorrecta.
—Mandaron correos, ¿cómo lo decidieron y qué reacciones tuvieron?
Nosotros decidimos mandar por correo. También ICIJ así lo maneja, porque eran muchos personajes y por cuestiones de logística.
Hicimos una base de datos con los 60 o 70 personajes que queríamos entrevistar y ahí íbamos anotando el teléfono de la asistente o la secretaria, o la forma de contactarlos, y después ya nos repartimos, nos tocaron como 15 o 20 por persona, cada reportero.
Mandamos el cuestionario y luego hablamos a la secretaria o a la asistente, o si teníamos el teléfono de la persona que queríamos entrevistar, a esa misma persona, para asegurarnos de que sí lo hubieran recibido. En muchos casos no nos contestaban el correo pero por teléfono sí nos dijeron que no nos íban a responder.
Ellos podrían decir cuando vieran la públicación: Oye, a mí no me llegó tu correo. Teníamos que cerciorarnos de alguna u otra manera que sí les hubiera llegado. Y así fue como los estuvimos enviando.
Cuando les envíabamos la carta les decíamos que estábamos participando en una investigación global de paraísos fiscales, liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, siempre poníamos por delante al Consorcio, también para protegernos y para que vieran que ellos eran los que estaban liderando la historia y que se trataba de una investigación mundial.
No podíamos darles a conocer detalles de las fechas de publicación ni más allá de lo que te estoy diciendo, que es una investigación sobre paraísos fiscales. Les mencionábamos en un párrafo que sabíamos que tener una empresa en un paraíso fiscal no era un delito, pero que su uso ha sido cuestionado y debatido porque puede prestarse para otro tipo de delitos.
Casi todas las personas nos preguntaban: ¿es una investigación sobre mí o hay más personas involucradas?
No a todos los enviamos un mes antes. Evaluamos el perfil de cada caso, había un grupo al que era más sensible o riesgoso enviarle con más anticipación los cuestionarios, como los personajes más cercanos al gobierno, como Julio Scherer, el senador Armando Guadiana, Jorge Arganis Díaz Leal (actual secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes en México), Julia Abdala (pareja de Manuel Bartlett, titular de la Comisión Federal de Electricidad). A todo este grupo de personajes públicos, funcionarios en activo, cercanos al poder, los dejamos hasta una semana antes.
A todos les dimos un plazo: les dijimos que después de esa fecha nos daríamos por enterados que su intención no era responder ni aclarar los cuestionamientos. A los primeros les dimos un plazo de 15 días.
A todos les pedimos que nos dijeran si habían declarado sus empresas offshore a las autoridades del SAT mexicanas. Porque están obligados a declarar cualquier participación que tengan en una empresa extranjera. Así sea creada en un paraíso fiscal.
Paulina Diaz Ordaz (nieta del expresidente Gustavo Díaz Ordaz), una de las entrevistadas, ofreció reunirnos con sus abogados para mostrar los documentos. Y el secretario de salud de Oaxaca, Márquez Heine, fue el único que nos hizo llegar los documentos donde probaba que había declarado su empresa ante las autoridades hacendarias de Estados Unidos.
Nadie más nos envió la comprobación de que las hubieran declarado.
Los políticos respondían que eran empresas que habían creado antes de ser funcionarios públicos, era la respuesta más común. Nos decían algunos que ya no estaban usando esas entidades. Otros nos dijeron que habían sido víctimas de una estafa y que habían perdido todo el dinero que habían invertido a través de estas empresas en paraísos fiscales, como la esposa de Alfredo del Mazo, Fernanda Castillo Cuevas, el gobernador de Coahuila Enrique Martínez y Martínez, y Jorge Arganis Díaz Leal de la SCT. Hubo diferentes respuestas. Nadie nos dijo por qué no las dieron a conocer en sus declaraciones públicas patrimoniales.
Recibimos una demanda del empresario Carlos Peralta y de su hijo, antes de que fuera la publicación se le hizo llegar el cuestionario como a todos los demás y él mandó un oficio donde notificaba que los medios aliados mexicanos: Quinto Elemento Lab, Univisión, El País y Proceso habían sido demandandos por extorsión. Y obviamente nosotros no lo extorsionamos porque no pedimos nada a cambio por publicar, claro que jamás haríamos eso, solamente queríamos que nos aclarara por qué no había declarado sus empresas. La demanda sigue, estamos con abogados y se está haciendo lo conducente.
En el sitio de Quinto Elemento Lab publicamos las respuestas en un interactivo, en colaboración con Univisión y Proceso.
—¿Cómo buscar en los registros públicos extranjeros?
En México está SIGER: pones el nombre y te aparecen los resultados de cualquier estado del país, o puedes ir al Registro Público de la Propiedad, pagas la información y te la dan en unos días. En Estados Unidos, que es el país donde más estuvimos investigando, y uno de los lugares donde los mexicanos más recurren para crear empresas y comprar propiedades, además de las Islas Vírgenes y Panamá, cada registro es diferente. Cada condado maneja su información.
Aquí el tip es familiarizarse con el registro, son muy accesibles por lo general, no en todos tienes que pagar. Siempre viene un correo, un contacto, un teléfono en cada página del registro para que puedas hacer peticiones o dudas. Yo sí llegué a escribirles cuando no encontraba algún documento, les llamaba cuando llevaba varios minutos tratando de navegar en la plataforma.
La recomendación es echarse un clavado y dedicarle un tiempo con estos registros que tienen interés de indagar.
En el caso de las empresas que decían que se habían creado para comprar jets y embarcaciones, buscamos en páginas y fuentes abiertas. Hay muchas páginas de buscadores de aviones, de yates, hay muchos aficionados que hacen esos portales y hacen el registro de aviones, van documentando las matrículas, las rutas de vuelo. De fuentes abiertas nos encontramos que María Asunción Aramburuzabala, la mujer más rica de México, había utilizado una de sus empresas para comprar dos aviones.
Cronologías
Luego hicimos una cronología de cada personaje para ver en qué momento había creado su empresa offshore, quiénes eran cuando la hicieron. En el caso del secretario de Comunicaciones y Transportes, que la había creado en 1998, ya nos quedaba muy lejos esa fecha. Queríamos saber qué hacía en aquel entonces, por qué en ese momento en particular.
En el caso de Arganis nos llamó la atención que la creó a semanas de haber entrado a la Dirección de Obras Públicas de la Ciudad de México durante la jefatura de gobierno del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Si no hubiéramos tenido una cronología no hubiéramos podido atar todos estos cabos que nos ayudaran a contextualizar. El hijo de Arturo Montiel creó un fideicomiso en las Islas Vírgenes Británicas justo siete días antes de que su papá dejara la gubernatura del Estado de México. No podíamos sacar conclusiones en cada caso, pero le íbamos dando un poco de más énfasis.
Revisión hemerográfica
Hicimos una revisión de cada personaje y cada empresa en fuentes abiertas, en Google, en revistas, en publicaciones, en periódicos, en hemerotecas públicas y privadas para entender quiénes eran estos personajes cuando crearon sus empresas y por qué las crearon. Y saber si en Google había algo de estas empresas, porque los papeles contaban algo pero no la película completa.
Bases de datos de antecedentes judiciales
Buscamos si los personajes o las empresas tenían algún antecedente penal. Buscamos en Estados Unidos en Pacer o Lexis Nexis, y en publicaciones periodísticas. Porque cuando son casos o personajes relevantes, si hay alguna investigación de la justicia, alguien ya lo pudo haber detectado antes que nosotros.
Revisión de declaración patrimonial
En el caso de los servidores públicos, hicimos una búsqueda en Declaranet de sus declaraciones patrimoniales para saber si habían declarado o no la riqueza en el paraíso fiscal.
SAT y UIF
Hicimos solicitudes al SAT y a la Unidad de Inteligencia Financiera para poder tener, en general, estadísticas sobre el uso de mexicanos en paraísos fiscales.
Lo que queríamos saber era cuántas empresas habían sido declaradas en la última década, cuántos fideicomisos declarados en paraísos fiscales por contribuyentes mexicanos, cuántos mexicanos habían utilizado, ellos le llaman, regímenes fiscales preferentes, y existe una declaración para regímenes fiscales preferentes. Queríamos saber cuántas declaraciones se habían llenado en los últimos años. El SAT nos respondió que no tenía una base de datos y que no estaba obligado a tener una base de datos que le arrojara todas estas peticiones que le hicimos llegar. Queríamos saber cuántas peticiones había mandando el SAT a la Unidad de Inteligencia Financiera a otros países, a otros paraísos fiscales para recabar información de las empresas o fideicomisos de mexicanos, pero no obtuvimos respuestas.
Bases del SAT
Fundar publicó una base de datos de las condonaciones, de los mexicanos que han sido privilegiados y favorecidos con este tipo de condonaciones o cancelaciones de créditos fiscales. Porque también algo que nos llamaba la atención en el caso de los empresarios que sacaban el dinero y tenían sus fortunas fuera del país, y que utilizaban este tipo de servicios. Tradicionalmente las personas que pueden hacer este tipo de movimientos son las que han sido más favorecidas con privilegios y con condonaciones fiscales. Se utiliza mucho este tipo de estructuras para pagar menos impuestos. Queríamos saber si habían sido sancionados o con empresas fantasma.
Compranet
También hacíamos búsqueda en la base de contratos de Compranet, la base de datos de contratos públicos del gobierno federal. En el caso de los contratistas de PEMEX, se hizo una búsqueda de todos los contratos para tratar de poner en la cronología si estos contratos se dieron al mismo tiempo que ellos estaban creando esas estructuras offshore.
Otras herramientas
Cárdenas compartió con la Aldea de Periodistas este listado de bases y fuentes que consultaron ella y el resto de las y los periodistas que participaron:
- Búsqueda en registros públicos de otros países (estatus de empresas, propiedades, embarcaciones, jets privados) y análisis de contexto de cada caso.
- Cronología de cada personaje que nos ayudara a entender en qué momento había creado su offshore.
- Revisión hemerográfica y fuentes abiertas.
- Búsqueda de antecedentes judiciales (Lexis Nexis, publicaciones periodísticas).
- En el caso de los servidores públicos: declaración patrimonial.
- Plataforma Nacional de Transparencia: solicitudes sobre casos específicos y al SAT y a la UIF en general.
- Consulta de bases de datos del SAT (condonaciones fiscales, o si los beneficiarios finales habían sido sancionados o tenían empresas con operaciones inexistentes, base de datos de contratos públicos Compranet, Auditoría Superior de la Federación, la Secretaría de la Función Pública).
- Bases de datos internacionales: Orbis, Sayari, Aleph, Open Corporates, ImportGenious.
- Cruzamos la información con otras bases de datos públicas como la lista de la OFAC del Tesoro de Estados Unidos.
- Cruzamos la información con otras bases de datos de otras filtraciones de ICIJ como Panama Papers y Fincen Files.