“Hacer pódcast es aprender a ver con los ojos cerrados”

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Galia García Palafox es una periodista mexicana que ha trabajado dos décadas como reportera, editora y coordinadora de noticias en diferentes plataformas. Recientemente ganó el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de Reportaje por la historia de un profesor encarcelado solo por su apodo, “la Rana”, acusado injustamente de haber desaparecido a los 43 estudiantes de Ayotzinapa. “El hombre que no estuvo aquella noche en Iguala“, de la plataforma Así como suena, se convirtió en el primer reportaje en pódcast galardonado por el jurado.

Le pedimos a García Palafox que compartiera consejos para narrar historias periodísticas en este formato. Estas son algunas de sus recomendaciones:

1. La historia

Necesitas una historia con un conflicto. ¿Y dónde está el conflicto? Me gusta pensar que detrás de todas las historias hay un pecado capital: lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia. O un vicio.

Es como si estuvieras contando un cuentito: un comienzo, un conflicto, un clímax, un desenlace, personajes antagónicos. En el caso del reportaje de “la Rana”, el Estado en sí mismo es el antagonista, está representado por Jesús Murillo Karam, el exprocurador.

La historia es como cualquier reportaje, pieza narrativa o crónica para una revista. Si es un perfil buscas los claroscuros de un personaje.

Necesitas audios y necesitas voces, curiosamente no muchas, por eso necesitas a los mejores personajes posibles. Con Erick, “la Rana”, no pude hablar tanto porque estaba en la cárcel, pero están la madre y la esposa que hablan por él.

Tú eres un personaje y tienes que aprender a situarte en el lugar correcto. Tampoco hay que volverse el personaje principal, aunque intervengas mucho. Hay que ser cuidadoso de cuánto tienes que estar y cuánto no. No puedes ser el centro. Se vale usar la primera persona: “Esto me dice…”, “lo escucho consternado”. Son ayudas o herramientas que le tengo que hacer al escucha porque pasan cosas que no pueden ser grabadas.

Al escucha le estás hablando al oído, le estás contando la historia como si estuvieras en una reunión.

La periodista Galia García Palafox. Foto: José Barbosa.

2. Graba todo

No todos los audios van a servir. Tienes que aprender a desechar cosas que no vas a poder usar porque no se oye bien. En el primer pódcast que hice, de un golpeador de mujeres, grabé más de 10 horas.

Hay que grabar todo porque no sabes qué va a pasar. Yo grabo de más, luego transcribo todo, luego leo mis apuntes, sobre todo las cosas que no se escuchan.

Hice un pódcast de la primera caravana de migrantes que llega a la Ciudad de México y una madre hondureña me contó cómo salió de Tegucigalpa, tuve que describir cómo se le llenaron los ojos de lágrimas cuando dejó a su familia. Un ingeniero fue conmigo, necesitaba el ambiente, las carpas y lo que pasaba alrededor: la ACNUR ofreciendo ayuda, la unidad médica, las llamadas para la hora de la comida. En otro podcast, “Qué caro es ser pobre“, viajé en el Metro y tuve que grabar los audios del metro, al despachador, “¡Bajan, son tres pesos. Bajan!”.

He aprendido a grabar mejor, a pensar en los sonidos que me van ayudar.

3. La escritura

Hay que seguir los básicos de la narrativa. Y hay muchas formas de contar una historia. Esa parte es súper importante y a mí me gusta muchísimo pensar desde dónde empezar, con qué escena, con qué frase, que sea suficientemente contundente para que el escucha se quede contigo, con la que puedas crear tensión.

Me gusta hacer una línea cronológica y luego decir: este es el punto de la historia desde donde debo empezar a contarla. Tu narración te ayuda a crear un poco de expectativa. La gente te escucha mientras hace otra cosa. Me gusta decir que hacer pódcast es aprender a ver con los ojos cerrados.

Debes ser tu primer escucha después de que escribiste. No es como cuando haces una pieza de tele, tienes que pensar que la gente no ve, solo escucha. Decirle que está bajando la marea si tu escena es del mar.

Tienes que aprender a escribir pensando en cómo va a sonar.

Cuando termino de escribir leo en voz alta, sin nada alrededor. Ahí me empiezo a editar. Luego grabo y sigue postproducción. Confío en la editora y de la productora, ellas van a ver y a escuchar.

4. La cabina

Me gusta grabar sin presiones, descansada.

Grabar es un trabajo de equipo y de confianza. El ingeniero que está del otro lado te dice si vas muy rápido, si no se entendió, si necesitas hacer más pausas. Para mí es súper importante quien está del otro lado de la cabina, confiar en que si te dice vamos a repetir eso, lo repites, aunque lo hayan revisado tres personas.

Necesito dirección. Si me siento cómoda con el ingeniero lo voy a hacer mucho mejor. •

 

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Puedes escuchar aquí los pódcast de Así como suena.