El deber de reconocer lo mejor del periodismo ambiental y cultural
Por Michelle Soto Méndez
Los premios dirigidos a reconocer lo mejor del periodismo ambiental y cultural son pocos. Por ello, cuando me llamaron a participar como miembro del jurado de los Premios Fernando Eleta Casanovas de Panamá, no lo dudé.
Desde hace siete años, la Fundación Eleta y el Centro Latinoamericano de Periodismo (CELAP), con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), galardonan a lo más destacado en prensa escrita, televisión, radio y multimedia. Lo hacen desde dos grandes categorías: Patrimonio Natural y Patrimonio Cultural.
Para garantizar la independencia y transparencia del certamen, CELAP se da a la tarea de elegir un jurado internacional. Aparte de mi persona, que me desempeño como periodista de ciencia y medio ambiente en el periódico La Nación de Costa Rica, el jurado estuvo conformado por Helga Flores Trejos del BID, Nubia Macías Navarro, gestora cultural y periodista especializada en cultura de México, y Juan Laurentino Maté del STRI.
Durante la deliberación, Nubia lo mencionó y todos estuvimos de acuerdo: hablar de medio ambiente es hablar de sobrevivencia. La degradación de los ecosistemas, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son temas urgentes que se deben discutir en la esfera pública y los medios de comunicación deben ser ese megáfono que llame la atención sobre ellos.
En cuanto a la cultura, la pérdida del patrimonio arquitectónico, histórico e inmaterial —reflejado en las costumbres y tradiciones de los pueblos— nos deja vulnerables frente al olvido. ¿Qué es un pueblo sin identidad? Además, la cultura está estrechamente ligada al entorno.
Por ello, y desde el jurado, quisimos felicitar el esfuerzo de Fundación Eleta y CELAP por motivar, a través de un premio, a los periodistas panameños para que divulguen temas sobre ambiente y cultura.
Entre más de 100 trabajos presentados, estos son los ganadores de la presente edición:
PRENSA ESCRITA, PATRIMONIO NATURAL:
“Matasnillo: río que brilla, río que muere” de Luis Burón-Barahona y Alexander Arosemena, publicado en diario La Prensa.
PRENSA ESCRITA, PATRIMONIO CULTURAL:
“A pie por salsipuedes” de Karen Bernal Marrugo, publicado en el diario La Estrella de Panamá.
Mención honorífica al reportaje “Arquitectura Bellavistina” de Leila Nelipour, publicado en el diario La Estrella de Panamá.
TELEVISIÓN, PATRIMONIO NATURAL:
“El desafío del agua: Bayano” de Maruja Royer, TVN Panamá Canal 2.
TELEVISIÓN, PATRIMONIO CULTURAL:
“Santa Ana, corazón del arrabal” de Nicanor Alvarado, TVN Panamá Canal 2.
RADIO, PATRIMONIO CULTURAL:
“Panamá 2019, la cultura entre los retos y la osadía” de Griselda Esther Melo, emitido por Radio Ancón.
La categoría de radio en patrimonio natural se declaró desierta, así como el apartado de multimedia.
En cuanto a mis impresiones, puedo decir:
1. Me alegró ver la gran cantidad y diversidad de trabajos en cultura y ambiente que se producen en Panamá. Leí reportajes, entrevistas y crónicas. Este certamen me hizo recordar la función educativa que tiene el periodismo porque aprendí muchísimo sobre historia de Panamá y me identifiqué, como periodista, con algunos de los temas tratados por los colegas panameños.
2. Considero que, en prensa escrita, se debe mejorar la titulación. Algunos trabajos presentaron títulos muy literarios que sacrificaron lo noticioso, creo que debe existir un balance entre ambos. Fallamos como comunicadores cuando no logramos darnos a entender.
3. También, en prensa escrita, se debe mejorar la presentación gráfica. Trabajar más de la mano con el fotógrafo e infografista para potenciar estos recursos visuales y no repetir, en diversas entregas, la misma alternativa gráfica. Por cierto, y debo reconocerlo, me encantó que Luis Burón (periodista) y Alexander Arosemena (fotógrafo) firmen juntos sus trabajos. En periodismo, todos somos un equipo.
4. Hago un llamado a los editores de prensa escrita para que trabajen más los textos con sus reporteros. Muchos trabajos que revisé tenían un gran potencial, pero debido a la edición no fueron considerados entre mis finalistas. Entiendo que la labor del editor es ingrata porque trabaja contra el tiempo, pero podrían planificarse trabajos con varios días de anticipación para así descansar el texto y verlo con ojos renovados.
5. Cuando son entregas que se publican o emiten durante varios días, recomiendo que exista una línea gráfica o audiovisual que permita a la audiencia identificar esos reportajes como una unidad.
6. La narrativa de televisión me pareció bastante desarrollada en Panamá, incluso se diseñaron cintillos y gráficos específicos para el tema tratado. Uno, como audiencia, agradece cuando el periodista se toma con seriedad su trabajo. Me encantó, debo decir, que existan unidades de investigación en los telenoticieros (mi aplauso por ello).
7. Si bien el trabajo de Griselda Esther Melo fue sobresaliente, lamentablemente esta no es la norma en el género radiofónico. La radio es el medio de comunicación de más alcance en nuestros países y la fuente principal de información en las comunidades rurales donde los conflictos ambientales están a la orden del día. Este es un medio poderosísimo y valdría la pena que se explore más.
8. Desde el jurado hicimos un llamado a los periodistas a incursionar en el género del multimedia, ya que este proporciona infinidad de recursos para contar historias y, con ellas, se conquista a las nuevas generaciones.
Estimados colegas panameños, sigan adelante. Su labor es loable y, para mí, fue un privilegio haber leído, visto y oído sus trabajos. Agradezco su dedicación, más que como periodista, como lectora y audiencia que soy.