Redacciones sin ellas, lecciones para no olvidar el 9M

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La redacción de Forbes el 9M. Fotografía de cortesía. Autor: Fernando Luna Arce.

El 8 de marzo del 2020 es un día histórico en México por la protesta multitudinaria de mujeres en la capital y en otras ciudades del país. Marcharon niñas, adolescentes, jóvenes, mamás y abuelas contra los feminicidios, la violencia machista, la desigualdad de género, la injusticia. Ahí estuvieron también mujeres periodistas, algunas haciendo cobertura y manifestándose activamente.

La toma de las calles fue la antesala de algo que nunca antes se había visto en México: un 9 de marzo sin mujeres en las calles. Reporteras, fotógrafas, editoras, camarógrafas, productoras, locutoras, conductoras tampoco fueron a sus redacciones.

¿Y entonces qué sucedió?

Hombres periodistas relatan cómo fue ese día sin ellas, el peso de su ausencia en las redacciones: en la toma de decisiones, el reporteo, la edición, la fotografía, los videos, la ilustración, y también en la limpieza, como en el caso de doña Lety en las oficinas de Animal Político.

Roberto Arteaga, editor de Forbes México

Son 26 personas, 10 mujeres: dos editoras, dos reporteras, tres editoras de redes sociales, dos editoras de fotografía, una editora de video.

“Sí fue notoria la ausencia y sí hubo descontrol en la redacción. Porque además de los ángulos creativos y críticos de ellas, sí son las más disciplinadas. Los trabajos terminaron retratándose porque no teníamos a una editora con nosotros llevando una coordinación, sobre todo con el video.

El domingo 8 de marzo todas nuestras compañeras fueron a hacer la cobertura de la marcha, solo hubo un compañero que voló un dron. Ellas hicieron un trabajo audiovisual y escrito preparado para que se editaran el día del paro, y esos videos se fueron retrasando sobre todo para poder entender cuál era la visión que nos querían dar nuestras compañeras.

En el título del video al final se terminó muy tarde porque precisamente no lográbamos acordar cuál era la visión correcta y que no fuera parcial. Fue un tema que nos tocó mucho trabajo y notamos la ausencia de esa mirada crítica que nos han dado ellas en la redacción.

Dejamos al final solo como parte de la narrativa de los que sucedió no fue el tema central, nos centramos en el tema de los feminicidios y por qué estaban presentándose. Creo que fue basarnos en el trabajo que nuestras compañeras habían hecho previamente.

Tratamos de ponernos en los zapatos de ellas, la primera sugerencia era “Así sucedió el 8M”, pero nos quedamos con la perspectiva de que faltaba algo más. Pensamos mejor en algo como “Este es el nuevo rostro de las mujeres en el 8M”.

Creíamos que parte de esta conmemoración había cambiado de rostro pero nos costó llegar a este título porque sí fue una discusión entre nosotros mismo nos planteaba por qué era histórico el paro y qué lo definía y creemos que eran el rostro de las mujeres. Creo que fue la catarsis de todo el día.

 

 

Andro Aguilar, editor de Pie de Página

La mitad somos hombres y la mitad somos mujeres, así se fue dando en esta conformación reciente. Nosotros como que ya estaba establecido que estos días teníamos que hacer ajustes. Acordamos en una junta editorial cómo nos íbamos a organizar.

En la cobertura del domingo estuvieron las mujeres en la marcha y las  movilizaciones, nosotros estuvimos en redacción. La edición de lunes a martes recayó solo en nosotros varones. Éramos el fotógrafo Duilio Rodríguez, dos reporteros, el compañero Daniel Lobato que hace foto, y yo. Era la cobertura de la ausencia de mujeres en la ciudad. Hicimos en WhatsApp solo nosotros. 

Pensamos en planear cómo hacer la cobertura. La particularidad es que la directora es una mujer y las editoras con más experiencia son mujeres: Daniela Rea y Lydiette Carrión. Teníamos que sacar la redacción con esas ausencias. Y batallamos un poquito porque rompe nuestra rutina, porque con ellas rebotamos enfoques y contenidos.

A mí me preocupaba el enfoque que podíamos darle a la cobertura de ausencia de mujeres en la ciudad sin ellas. Sentía la responsabilidad de que nuestra perspectiva de hombres no fuese a sesgar la cobertura. 

Hicimos un texto a varias manos. Nos repartimos ciertos puntos y eso fue. Las otras notas que sacamos, platicando con cada uno de los reporteros. Tenía un pendiente con Daniela Pastrana y me sirvió mucho estar en contacto con ella, no estuve del todo desamparado”. Después con Duilio rebotamos algunas cosas.

En la elaboración del texto tratamos visibilizar las voces que no pararon en las calles, mostrar que era parte de una violencia estructural y era parte de esta disparidad entre hombres y mujeres. 

No quisimos caer en el discurso de que solo paraban mujeres privilegiadas, buscamos en el discurso no descalificar a las mujeres que estuvieron ausentes. Nos centramos en por qué las mujeres mueven la ciudad y mueven las redacciones. 

 

Gonzalo Ortuño, editor de Animal Político

Trabajan alrededor de 50 personas, la mayoría son mujeres y algunas de ellas están en puestos de editoras generales. 

Antes del 8 de marzo tuvimos una planeación, se prepararon videos, se hicieron especiales sobre ataques de ácido, sobre resoluciones a mujeres que necesitan medidas de protección, notas sobre sentencias de feminicidios, especiales para tratar de sensibilizar al lector y tenerlo en sintonía.

¿Cómo vivimos el paro? Nos imaginamos que la carga de trabajo las íbamos a ser fuerte. Pero lo más lo fuerte no es el trabajo sino el vacío, ver que tus compañeras no están. No tuvimos una crisis de clics ni de vistas en el sitio. Pero no estaban presentes en el chat ni en redes. Sí fue un día extraño. 

Compañeros que fueron al reportear al Metro lo vieron más solo que un domingo. Nosotros estamos en Lomas de Chapultepec y desde doña Lety, que labora en limpieza, a las editoras, todas pararon el 9 de marzo. 

Personalmente me llevo bien con mis compañeras, son amigas cercanas, sí fue un impacto más allá de lo profesional. Al día siguiente que las vi no sabía cómo reaccionar: si darles chocolates o un abrazo. 

Ernesto Aroche, director editorial de LadoB

El 66% de las personas en la redacción son mujeres, reporteras, editoras y una ilustradora. 

Posiblemente la edición iba a salir con errores porque no teníamos las manos de ellas para cuidar la edición. En asuntos de reporteros estamos como un 50/50. En general el volumen de información que ellas generan es como del 70% por ciento, muchos de esos reporteros varones están más jóvenes, no tienen la experiencia que tienen ellas.

Las chicas el domingo se fueron a marchar, fue un contingente de la LadoB. Y el trabajo el 9 de marzo, el día del paro, fue desde casa. Nos quedamos cinco o seis hombres y pensamos que mejor que cada quien trabajara desde su casa y mandara la información. 

La agenda fue hacer visible la ausencia de mujeres en la ciudad, lo otro fue hablar sobre masculinidades, cultura patriarcal y machismo hegemónico.

Fue muy claro la ausencia de las chicas, la parte de edición esta en sus manos, me tocó coordinar lo informativo: asignarles tarea a los reporteros, estar monitoreando, después recibir su información, editarla.

Decidimos hacer un texto en manos de todos, termine a las 3 de la mañana, regularmente podemos estar cerrando a las 11, porque trabajamos en las tardes.

Solo teníamos a un chico fotógrafo y tuvimos que pedirle a otro que no se siente incómodo con la cámara, pero no las mandó con las características de quien está en el área de fotografía de fijo. Implicó editarlas y bajarles el peso. Se fue retrasando el tiempo y fue una carga de trabajo importante. 

No las vimos tampoco en los chats, nos comunicábamos y ellas estaban en silencio. Y eso sí fue como una sensación de abandono, no solo en la parte operativa de saber que están ahí que se están coordinando. Usamos slack y tenemos un canal de memes y desmadres, es un canal que tiene cierto trafico y estaba en silencio, eso sí era visible. Estaba silenciada también la parte de la risa, lo lúdico.

Lo que hicimos fue callar el portal y dijimos a nuestras audiencias que callamos las redes porque no están ellas. Nuestro asunto no era sustituirlas sino evidenciar claramente el impacto de su ausencia. Lo que hicimos fue subir una serie de portadas al sitio diciendo eso, que LadoB paraba porque las mujeres paraban.

 

Francisco Muciño, editor jefe de Alto Nivel digital

Es una redacción pequeña que trabaja con más colaboradores externos, de base son tres mujeres que hacen contenido, editan y llevan redes. Y él, el editor a cargo. 

Fue un ejercicio muy interesante porque en Alto Nivel trabajan Entrepreneur, México desconocido, Cine premier y Nupcias, y en todas las áreas faltaron las mujeres. Solo estábamos aquí los hombres de las redacción y los del área administrativa. Todo estuvo muy callado y silencioso. 

El primer impacto en la redacción fue la ausencia de las colaboradoras. Platicando con otros editores decíamos que había sido más fuerte el impacto de la ausencia que la misma marcha del 8 de marzo, porque fue algo distinto, algo que nunca vimos, un silencio ensordecedor. Y hablamos de todo el trabajo que ellas hacen, del que están detrás y a veces no es visible. 

Todas aquí hacen un trabajo increíble.

Desde una semana antes ellas prepararon textos sobre mujeres en distintos ámbitos, feminicidios o desigualdad laboral, por ejemplo. El día del paró empezamos a hacer un reposteo de esos contenidos en redes sociales y monitoreando a nivel de calle cómo estaba el entorno: las taquillas cerradas del Metro, las estaciones, los negocios que no abrieron.

Por el tiempo de contenido que producimos, destacamos ese día el hecho de que la mitad de las mujeres no iban a consumir ni comprar, eso tiene un impacto innegable. Aunque hubiera dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador que el impacto sería mínimo. No puedes desdeñar algo así.

Datos del INEGI muestran que, al día, aportan 35 mil millones de pesos al PIB solo las mujeres que laboran en empleos formales. Y hay mujeres que tienen que salir a trabajar porque no se pueden quedar sin ingresos ni un día, así que el día del paro tuvieron que salir. Se notaba en las calles que las mujeres que estaban afuera eran las mujeres que vendían desayunos, comida, periódicos.

Solo 4 de cada 10 mujeres tiene acceso al mercado laboral y es la tasa más baja de América Latina, según datos de CEPAL. Estamos al fondo de la tabla. Todavía hay inequidades muy fuertes.